Franquicia de reconocido prestigio, ubicada en el sector de la restauración, centrada en la venta de “fast food” y con el modelo take away como principal línea de venta. Debido al crecimiento descontrolado financieramente hablando, decidieron contratar a Su Director Financiero para llevar la franquicia al éxito, y seguir con su expansión en España y en el extranjero. Aquí se hizo un gran trabajo de acompañamiento y de instauración de metodología (plan de tesorería, cierres mensuales, contabilidad analítica, equilibrio de balances, gestión de impagados, gestión del crecimiento, etc…). El propietario, experto en su producto y con claras carencias en cuanto a conocimiento financiero, pudo centrarse en el crecimiento y cuidado de sus franquiciados. Se visitaron a todos los bancos para dar visibilidad de nuestra entrada, hecho que siempre les agrada y es donde el proyecto consigue de facto un “up grade”. La incorporación de un director financiero les transmitió gran seguridad, dando continuidad al acompañamiento del negocio hasta la fecha. Actualmente la compañía sigue creciendo y es líder del mercado en su producto. Sigue en beneficios y con gran interés de inversores por seguir abriendo locales. Experiencia inmejorable a todos los niveles.

Empresa constituida en 2018, actualmente con 50 empleados y en período de inversión en I+D+i. Se han hecho diferentes ampliaciones de capital por importe total de 30 millones de Euros. Su Director Financiero se incorporó hace un tiempo, y en este caso como soporte directo a la Dirección Financiera ya existente, donde se producen trabajos de apoyo con gran aportación de valor. Una de estas colaboraciones ha sido conseguir 7 M € en avales para poder participar de los FONDOS NEXT GENERATION Europeos a través de los PERTE Españoles. Estos avales indefinidos se consiguieron en apenas tres semanas y sin garantías personales ni reales. Esta es la primera empresa donde no nos incorporamos como propios Directores Financieros, si no que desarrollamos labores de soporte a la propia Dirección Financiera de la empresa, y con gran éxito hasta la fecha.

Este 2022 hemos salido de tres empresas cuyas buenas experiencias no hemos compartido por no haberlas llegado a tener. Nuestro perfil de empresa habitual es aquella que no tiene director financiero, disponga de un volumen de negocio donde podamos aportar valor, y que el propietario o gerente cumpla con dos variables: 1.- que reconozca que tiene claras carencias en cuanto a conocimiento financiero 2.- que quiera dejarse ayudar En los casos comentados de este 2022, no se ha llegado a cumplir nunca la segunda variable. Es lo mismo que si uno reconoce estar malo y por tanto va al médico, pero no se acaba tomando nunca la medicina. Pues aquí es exactamente lo mismo, por lo que no tiene sentido invertir en Su Director Financiero , y así nosotros tenemos el tiempo disponible para ayudar a otro empresario. Es simple.

Compañía constituida en 2012, con 10 empleados y una facturación estancada entorno los 700.000 €. El gerente reconoce su mala gestión y falta de conocimiento en temas financieros, hecho que produce que la compañía no acabe de funcionar correctamente impagando de una forma continuada. Además, se plantea un crecimiento en facturación que pasa por hacer importantes inversiones, que él mismo dice no saber como plantear a la banca. Esta persona contrata a Su Director Financiero , el cuál incorpora a un director financiero en plantilla para ayudar en esta tarea. En primer lugar, se hace un pequeño análisis económico-financiero de la compañía, detectando los principales problemas. Posteriormente hablamos con los bancos, renegociando algunas de las vinculaciones excesivas que estos pedían a cambio (seguros) y refinanciando más de 10 tarjetas de crédito con un coste financiero tremendamente elevado. Aprovechamos las buenas sinergias causadas en BBVA por nuestra presentación, a quién solicitamos una póliza de crédito de 60.000 € y una línea de descuento de 30.000 € para poder atender todos los pagos demorados (proveedores, SS.SS. y AEAT). Al poner en orden el balance de situación de la empresa, también nos fue muy sencillo conseguir un vehículo en renting para el gerente, hecho que él no había podido conseguir. Todas estas gestiones nos sitúan en pérdidas cero, lo que nos permite empezar a estudiar un crecimiento de la compañía.

Empresa constituida en 2016, con 5 empleados y sin haber entrado nunca en beneficios. Llegó a facturar en su mejor año 1,8 M €, pero al año siguiente y dado que perdió a su mejor cliente, la facturación cayó a los 800.000 € con unas pérdidas superiores a ese mismo importe. En 2020 siguió cayendo en facturación hasta los casi 700.000 € y pérdidas de casi -400.000 €. La empresa se encontraba en quiebra técnica, con unos fondos negativos entorno al millón de Euros. En 2020 se incorpora un nuevo socio que aporta 100.000 Eur al capital social, préstamos por importe de 1 millón de Euros y unos buenos contactos para poder reconstruir la cartera de clientes. Esta nueva empresa ficha a Su Director Financiero para que incorpore un profesional de las finanzas que acompañe y monitorice a la empresa en esta nueva etapa. Nuestra aportación empieza por refinanciar todos los créditos existentes con sus bancos (BANKINTER y SANTANDER), los cuales estaban muy cerrados e incrédulos por la situación de la empresa. Un balance con fondos propios negativos no es atractivo para un banco, y nos costó hacer entender que la empresa tenia viabilidad, pero que necesitábamos su ayuda. Finalmente conseguimos refinanciar toda la deuda y conseguimos, además, que éstos nos aprobaran nuevas líneas de financiación para poder funcionar en el día a día (póliza de crédito, descuento y línea de importaciones). Gran éxito por parte de Su Director Financiero . Paralelamente, se dio soporte a la empresa instaurando un plan de tesorería con seguimiento diario, un control de gastos exhaustivo y unos objetivos de facturación mensuales hasta llegar a beneficios.

Empresa centrada en el sector de la alimentación, y dentro de éste, en el mundo de la repostería y todo tipo de postres. Antes de la pandemia COVID-19 disponía de unos 75 empleados y contaba con una facturación superior a los 2,5 M €, con unos beneficios de 25.000 €. Posterior a la pandemia (año 2020), la facturación se desplomó hasta los poco más de 1,4 M € con pérdidas de -280.000 €. Para poder sostener la situación, la empresa se endeudó con 1 M € no solo para atender su circulante, si no para despedir a 30 empleados. Todo y eso, las pólizas de crédito de las que disponía quedaron totalmente utilizadas en su límite máximo, y con una liquidez para atender su circulante durante tres meses más. Llegado a este punto y a través de una recomendación, contratan a Su Director Financiero , incorporando a un director financiero en plantilla. A nuestra llegada, nos encontramos a un gerente experto en su oficio, a la vez que agotado y bloqueado por la situación, con grandes carencias a nivel financiero. Él nos confía plenamente la responsabilidad financiera de su empresa. Empezamos analizando las mejores líneas de negocio y los márgenes de todos los productos que se comercializaban. Marcamos unas pautas de actuación con unos objetivos en facturación para llegar al punto de equilibrio. Se puso un poco de orden y organización en la estructura, y posteriormente fuimos a visitar a sus bancos para trasladar el control de la situación. Les explicamos donde estábamos y el plan de acción que habíamos diseñado. Les encantó saber que se había incorporado a un director financiero en plantilla, por lo que CAIXABANK nos concedió una póliza de crédito de 200.000 € a la espera de saber las inversiones que necesitábamos en nuestro plan, también para darnos cobertura. Refinanciamos algunas operaciones en el resto de la banca para rebajar el compromiso de pago mensual, y hicimos algunas pequeñas inversiones con un efecto retorno inmediato. Posteriormente, tramitamos una subvención a fondo perdido para las ayudas a la COVID-19 en la que nos concedieron poco más de 100.000 € a fondo perdido. Este hecho junto a nuestro conocimiento y el apoyo de CAIXABANK, nos permitieron gestionar con mayor tranquilidad el reflotamiento de la empresa. Actualmente, ésta ha vuelto a beneficios y se está distribuyendo producto a nivel nacional (anteriormente era local). Estamos en vías de abrir nueva línea de negocio con proyección decrecimiento a través de la fórmula de la franquicia, y distribución de producto a nivel mundial.

Nos encontramos a una empresa de reciente constitución, con un gran equipo profesional y centrados totalmente en tecnología. En plena etapa de I+D+i, sin facturación y con grandes pérdidas fruto de la inversión comentada. La compañía estaba bien capitalizada (13 M €), pero no tenían a un financiero que hablara el “idioma” de la banca. Los recursos se fueron agotando, fruto de que las inversiones eran superiores a los 500.000 € mensuales y sólo disponían del soporte financiero del SANTANDER. La incorporación de Su Director Financiero ayudó a “ordenar” el balance, y explicar el proyecto delante los bancos. Los ingenieros utilizaban una terminología que los empleados de banca no entendían, y estos, preferían denegar cualquier propuesta de crédito antes que preguntar y dejar entrever la ignorancia que tienen en este sector. El éxito vino por conseguir que CAIXABANK y BANKINTER confiaran en el proyecto, inyectando 1 millón de Euros cada uno. Esto generó confianza en el resto de la banca, incorporándose posteriormente al proyecto BBVA, SABADELL e IBERCAJA. Actualmente, nuestro asesoramiento financiero facilita el día a día de la empresa. Tanto en la financiación de la flota de vehículos, como en la construcción que hemos hecho de una nueva nave, avales, financiación del circulante…

En este caso, se trataba de un grupo de empresas gerenciado por el mismo propietario. Las empresas tenían una actividad diferente, y fruto del estrés del administrador se pasaban por alto muchas cosas. Éste contrató a Su Director Financiero para mejorar el conocimiento financiero que tenían e incrementar aún más la rentabilidad del grupo. En el corto plazo de tiempo se empezaron a hacer algunas inversiones inmobiliarias, dadas las oportunidades que se presentaban y el bajo tipo de interés del momento. Es aquí donde pudimos poner en práctica nuestro conocimiento, no sólo en el acompañamiento de estas inversiones, si no en la supervisión directa de las mismas. Nos encontramos en un caso en que el gerente entregó en arras casi 100.000 € para la compra de una casa que valía 300.000 €. A la pregunta por nuestra parte de por qué hemos entregado ese gran importe si no era necesario, se añadió la consulta si habíamos consultado como estaba esa finca en el Registro de la Propiedad. La respuesta fue rápida: “es que es una muy buena oportunidad y no tengo tiempo de entretenerme en mirar nada”. Habiendo hecho el seguimiento al respecto, vimos que la casa tenía un embargo que estaba a punto de ser ejecutado. Gracias a un buen asesoramiento y al hecho de haber acelerado toda la operación, pudimos comprar a tiempo antes de perder los 100.000 € entregados a cuenta.

Empresa en constitución, cuya actividad era la de vender impresoras en régimen de renting, cobrando una única cuota al mes por sus impresiones y mantenimiento. Su Director Financiero asesoró a estos 2 emprendedores, que llevados por la ilusión, iban a constituir la empresa contando con 3 empleados desde un inicio y otros menesteres quizás también prescindibles en un primer momento. Les hicimos un buen plan de negocio, donde detectamos que al sexto mes necesitaban un capital de 60.000 € para seguir funcionando. Por tanto, o aportábamos más capital social al inicio (que ya aportaban 50.000 €), o se solicitaba una póliza de crédito en los primeros compases de funcionamiento. Gracias a este plan de negocios, reflexionaron al respecto y se ajustó toda la inversión inicial, junto con la demora en los nuevos 3 fichajes. Este hecho logró un equilibrio financiero que les permitía no tener esa necesidad de capital, logrando beneficios al final del primer año. Actualmente la empresa está en pleno funcionamiento, con beneficios y una gran cartera de clientes. Nuestro acompañamiento inicial fue clave para evitar una sorpresa a unos emprendedores, que de no haber estado bien gestionada, podría haber llevado perfectamente al cierre a la compañía.